Germán Cáceres desde chico quiso ser escritor e historietista. El mundo le resultaba maravilloso por las aventuras que leía en libros y revistas, escuchaba en la radio o veía en el cine. Imaginaba que por más fantasiosas que fueran, podía suceder en la realidad y de grande tal vez tendría la suerte de vivir alguna. Esperó muchos años, siendo fiel tanto a sus lecturas como a ir al cine (luego añadió el vicio de devorar series de TV), pero, sin embargo, esa aventura mágica nunca sucedió. Entonces se le ocurrió narrar historias de acción, misterio y ciencia ficción imaginando que el héroe era él. Así surgieron las novelas Soñar el paraíso, Traficantes de la selva, Lluvia de esqueletos, etc.